De repente tienes 34 años. Y te das cuenta de lo fácil que podría haber sido que la vida siguiera un camino aburrido. A los 26 no se suponía que terminara en cripto. Estaba siguiendo el guion habitual. Trabajo, fines de semana, esperando que algo sucediera. Si no me hubiera lanzado a cripto en ese entonces, sé exactamente dónde estaría ahora: mismo trabajo, misma rutina, mismo sentimiento de que la vida pasa de largo. Despertar, ir al trabajo, 9–5, gimnasio, Netflix, dormir. Repetir para siempre. Cripto lo cambió todo. Me hizo pensar en grande, arriesgarme, construir algo que realmente era mío. Y ahora, a los 34, lo entiendo: una decisión puede cambiar toda tu vida. Si no hubiera dado ese paso a los 26, probablemente estaría sentado aquí pensando "hombre... debería haberlo intentado." Así que si estás en esa encrucijada ahora mismo, no esperes el "momento perfecto". No existe. Toma tu oportunidad. Tu yo futuro te lo agradecerá.