Cuando un niño de 14 años recibe un disparo en la cara y es llevado de urgencia al hospital, se deben utilizar todos los recursos posibles para encontrar quién apretó el gatillo. En cambio, en Kaiser Permanente anoche, a mis detectives se les impidió recopilar evidencia crítica en video dentro del hospital, evidencia que podría conducir directamente a un criminal violento. Esto no es "privacidad del paciente", es obstrucción.  HIPAA no protege imágenes o videos de un posible vehículo sospechoso que huye de la escena del crimen.   Esto no fue un accidente. Los administradores de Kaiser han impulsado políticas equivocadas destinadas a frustrar la aplicación de la ley de inmigración, en las que no participamos, ya que estamos legalmente prohibidos en California. Han creado obstáculos peligrosos para todas las fuerzas del orden, especialmente cuando se investigan delitos violentos. Sus reglas imprudentes ya han retrasado nuestra investigación sobre el tiroteo de anoche de un niño de 14 años que recibió un disparo en la cara, entre 12 y 24 horas.   Los administradores de Kaiser incluso redactaron un formulario para evaluar y evitar que los agentes se comuniquen con algunos de los criminales más atroces imaginables. La ley de California exige que los hospitales informen los incidentes de abuso infantil, agresión sexual violenta y violencia doméstica a las fuerzas del orden.  Sin embargo, Kaiser ahora obliga a los empleados a hacer que mis agentes (y todas las fuerzas del orden) justifiquen, por escrito, por qué necesitan hablar con un paciente o familiar. En los casos en que los abusadores traen a sus víctimas, como padres que golpean violentamente a sus hijos o cónyuges que casi matan a su pareja, el proceso de Kaiser le informa al abusador que la policía los está buscando. Las políticas de Kaiser socavan la seguridad pública, pero especialmente la justicia para las víctimas de delitos violentos.   Las enfermeras, los médicos y el personal de primera línea de Kaiser son héroes. Salvan vidas todos los días. Pero su propio liderazgo los está preparando para fracasar, obligándolos a situaciones en las que corren el riesgo de convertirse en cómplices de proteger a los delincuentes violentos. Eso no solo es inmoral; es potencialmente criminal. Los ejecutivos de Kaiser necesitan despertar. Estas políticas no protegen a nadie excepto a los delincuentes violentos.
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